El partido de hoy
Bueno amigos les cuento que se ha iniciado un campeonato aquí en el banco y hoy jugamos nuestro primer partido.
Lo primero que me sorprende del fútbol amateur aquí es que al capitán del equipo le hacen caso, lo segundo es que todo está organizado (hasta el camarín donde te cambiarás).
A lo que iba, iniciado el partido estaba desarrollando mi estilo de juego característico, o sea parado adelante sin hacer nada mientras mis compañeros se rompían el alma tratando de no encajar el primer gol, cuando digo sin hace nada, es NADA, no tocaba la pelota; pero en un momento me habilitan el balón, voy hacia él y como siempre, rápido de mente, proyecto mis cuatro siguientes jugadas 1) paro el balón 2) hago un regate hacia la derecha 3) salgo por la izquierda dejando pagando al defensa y 4) disparo desde la media cancha... gol!, también como siempre el cuerpo ni se enteró de lo planificado por la mente y lastimosamente en la ejecución sólo llegue al paso 1) con tan mala suerte que en vez de pararla se la pasé al defensa (si al que iba a dejar pagando) no me pareció justo perder un balón sin apoyar a mis compañeros así es que hago acopio del resto de fuerzas que me quedaban (ya iban como 2 minutos del primer tiempo) y voy tras el defensa lo mido y me meto una barrida de libro la primera parte fue espectacular porque le saque la pelota al rival con una limpieza que envidiaría Franco Baressi, a la italiana, la segunda parte si fue un poco a la peruana porque fue tal el ímpetu en la barrida que clavé la pelota en nuestro arco. Eso si, nadie me dijo nada... aunque si las miradas hablaran. Sólo David, el hombre más caballeroso del mundo, me dijo "tranquilo Sandro, una vez yo también metí un autogol".
Pero tenía el respaldo del equipo no me cambiaron en todo el partido (bueno luego he comprendido que aquí nadie te cambia, tú tienes que pedir tu cambio, cosa que obviamente no hice). Eso si la gente estaba súper atenta conmigo a cada nada me preguntaban "¿estás cansado?", yo macho respondía siempre lo mismo "no", el equipo me necesitaba y no podía defraudarlos.
Ah! me sacaron tarjeta roja, ¡si! yo pensaba que las tarjetas rojas sólo existían en la tele, en mi barrio Islayndia sólo te sacan roja si has matado a la mamá del otro; pero fue un total atropello... si, atropellé al arquero del otro equipo, se me fue un poco la olla pues le baile un pasodoble en el brazo con pisada de dedo gordo, muñeca y codo.
Al final un tipo del otro equipo se me puso gallo, a mí, si a mí a "Sandrito Denegri el Único", pero lo ignore por respeto al banco y a mis compañeros (y a mi vida porque el huevas media como 2 metros y tenía unos brasazos que parecía una langosta), muy elegantemente pedí la intervención de mi capitán, pero algo tarde porque se había borrado por completo. Al final usé mecánica para vences a la fuerza bruta... prendí mi carro y no he parado hasta llegar a mi sitio.
El capitán ha hablado conmigo a solas y ha terminado su conversa con una frase nada alentadora "Sandro, es que nosotros no somos así", sentí esa vaina que sienten los maricones, cómo se llama?... ¡ah! verguenza.
Lo primero que me sorprende del fútbol amateur aquí es que al capitán del equipo le hacen caso, lo segundo es que todo está organizado (hasta el camarín donde te cambiarás).
A lo que iba, iniciado el partido estaba desarrollando mi estilo de juego característico, o sea parado adelante sin hacer nada mientras mis compañeros se rompían el alma tratando de no encajar el primer gol, cuando digo sin hace nada, es NADA, no tocaba la pelota; pero en un momento me habilitan el balón, voy hacia él y como siempre, rápido de mente, proyecto mis cuatro siguientes jugadas 1) paro el balón 2) hago un regate hacia la derecha 3) salgo por la izquierda dejando pagando al defensa y 4) disparo desde la media cancha... gol!, también como siempre el cuerpo ni se enteró de lo planificado por la mente y lastimosamente en la ejecución sólo llegue al paso 1) con tan mala suerte que en vez de pararla se la pasé al defensa (si al que iba a dejar pagando) no me pareció justo perder un balón sin apoyar a mis compañeros así es que hago acopio del resto de fuerzas que me quedaban (ya iban como 2 minutos del primer tiempo) y voy tras el defensa lo mido y me meto una barrida de libro la primera parte fue espectacular porque le saque la pelota al rival con una limpieza que envidiaría Franco Baressi, a la italiana, la segunda parte si fue un poco a la peruana porque fue tal el ímpetu en la barrida que clavé la pelota en nuestro arco. Eso si, nadie me dijo nada... aunque si las miradas hablaran. Sólo David, el hombre más caballeroso del mundo, me dijo "tranquilo Sandro, una vez yo también metí un autogol".
Pero tenía el respaldo del equipo no me cambiaron en todo el partido (bueno luego he comprendido que aquí nadie te cambia, tú tienes que pedir tu cambio, cosa que obviamente no hice). Eso si la gente estaba súper atenta conmigo a cada nada me preguntaban "¿estás cansado?", yo macho respondía siempre lo mismo "no", el equipo me necesitaba y no podía defraudarlos.
Ah! me sacaron tarjeta roja, ¡si! yo pensaba que las tarjetas rojas sólo existían en la tele, en mi barrio Islayndia sólo te sacan roja si has matado a la mamá del otro; pero fue un total atropello... si, atropellé al arquero del otro equipo, se me fue un poco la olla pues le baile un pasodoble en el brazo con pisada de dedo gordo, muñeca y codo.
Al final un tipo del otro equipo se me puso gallo, a mí, si a mí a "Sandrito Denegri el Único", pero lo ignore por respeto al banco y a mis compañeros (y a mi vida porque el huevas media como 2 metros y tenía unos brasazos que parecía una langosta), muy elegantemente pedí la intervención de mi capitán, pero algo tarde porque se había borrado por completo. Al final usé mecánica para vences a la fuerza bruta... prendí mi carro y no he parado hasta llegar a mi sitio.
El capitán ha hablado conmigo a solas y ha terminado su conversa con una frase nada alentadora "Sandro, es que nosotros no somos así", sentí esa vaina que sienten los maricones, cómo se llama?... ¡ah! verguenza.
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