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Mostrando las entradas etiquetadas como Cuentos

Los Castillos de Sangre

- Pst, pst, pst Mollejas, Mollejas. Quién me jode ahora, con esta resaca no quiero ni abrir los ojos, hace rato que el sol me está matando, pero ni me muevo porque siento que el mundo gira sin control. - Pst, pst, pst Mollejas. - ¿Quién eres?, ¿Qué quieres? – digo enfadado sin abrir los ojos, sólo veo el rojo de mis párpados bañados por el sol, cosquillean las gotas de sudor que de mi cara resbalan por el cuello para perderse en el vello pectoral. - Soy un pata no ma’, te traigo un datito de los Castillo... "estás muerto". No hago caso de lo que dice, creo que ni he escuchado, sólo me preocupo por aguantar mi vómito, no quiero regresar la chicha canera. - Compare’, ¿me has escuchado?,... "estás muerto" - caigo en cuenta de sus palabras. - ¿Qué te pasa pavo? – digo abriendo los ojos para encontrarme con una cara donde una sonrisa desdentada y burlona me recibe, es una rata – ¿Quién chucha eres payaso?, ¿De dónde has salido? – nunca he sido grosero pero de las primera...

El Gran Regresante

Mario, Marito, Gallegos por fin pudo poner los pies en el suelo con la polvareda que ello significó, sintió un cosquilleo en las nalgas "como me duele el culo" dijo esa voz interior que lo acompañaba toda su vida, no era para menos luego de 36 horas de viaje en la ruta Madrid – Amsterdam – Ciudad de México – Panamá – Quito – Lima – Arequipa - Mollendo – El Cruce - Catas donde viajó en tren, desde su casa al aeropuerto, en avión, desde Madrid a Arequipa, en bus, desde Arequipa a Mollendo, y en camioneta rural desde Mollendo a Catas, su cuerpo terminó resintiéndose, realmente esas tarifas de ocasión anunciadas en internet eran alcanzables pero exigían mucho de uno. Se sobresaltó al escuchar el estruendo de la banda de caperos, en los ocho años ininterrumpidos de estancia en Madrid no los había vuelto a escuchar y hasta había olvidado que existían, levantó la cabeza y se encontró en medio de un círculo de gente que era tan grande que incluso rodeaba la camioneta, estaba sorprend...

La triste, vacía e inocua historia del Esperador de Calpe

"Mantén la cadencia, mantén la cadencia si la pierdes todas la cuentas se van al cacho, mantén la cadencia" su cuerpo se encorvaba para preservar el equilibrio mientras subía la pendiente, el sol de la tarde pintaba de mandarina todo, se esforzaba para no correr tenía tantas ansias de llegar a la ‘silla’, pero no, debía mantener la cadencia si no todas la cuentas se iban al cacho "recién el mar se ha comido una puntita del sol, me he adelantado mucho, pero no podía seguir más tiempo en casa. Mantén la cadencia, mantén la cadencia" ascendía e inexorablemente el polvo iba maquillando de beige sus zapatos negros hasta hace poco perfectamente lustrados, siempre se preguntaba como hacían las olas para burlar al oído siempre estaban haciendo ruido, pero para uno era como si hubiera silencio, en fin, se consoló mirando el precipicio, los lobos de mar le anunciaron que habían pintachas pegadas a la peña, anotó mentalmente ir a tirar cordel un día de estos, un último esfuerz...

Carosella, Lucimar y Nono la historia jamás contada

Idea Original: Rolando Denegri. -------------------------------------------------- Nono era un hombre muy, pero muy bueno él había trabajado duro por mucho tiempo hasta que se jubiló, pasaba sus días dedicado a su familia. Cierta vez estaba echado en la playa viendo como su nietecita Carosella jugaba dentro del mar con una amiguita que había encontrado cuando de un momento a otro empezó a gritar: – Nono, Nono, Nono mi amiguita está en problemas, Nono -, Nono que estaba medio dormido se levantó rapidísimo y corrió hacia la orilla, vio a la amiguita de Carosella que estaba siendo arrastrada por dos enormes pulpos, Carosella valientemente tiraba de los tentáculos de uno de ellos pero no lograba nada, Nono que alguna vez en su vida había atrapado pulpos aunque nunca de ese porte se acordó de la vieja técnica que le había enseñado un amigo, metió su mano por debajo de uno de ellos agarró fuertemente su cerebro y tiró lo más que pudo el pulpo quedó de revés, en ese momento el animal soltó a ...