La Cultura del Cropoespectáculo



«Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que antes hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Entonces eran rápidamente silenciados, pero ahora tienen el mismo derecho a hablar que un Premio Nobel. Es la invasión de los imbéciles.»
Umberto Eco para el diario La Stampa.


Nota: Este artículo tiene una visión reduccionista tanto en cuanto se centra en dos medios, la televisión e Internet que definitivamente no cubren todo el espectro, aunque por su carácter masivo son representativos para la tesis explicada en las líneas siguientes.
Nuestra sociedad está sometida – entre otros – a dos nuevos fenómenos: la hiperestimulación sensitiva (1) y la amplificación divulgativa.
Con un ser humano cada vez más afligido, más descontento con lo que es su yo interior, la búsqueda voraz de estímulos que distraigan la mente de la reflexión íntima es una necesidad para el “bienestar”, ésta no es una novedad, ya en los años noventa había personas que vivían solas y encendía el televisor ”sólo para escuchar algo”, o se quedaban dormidas oyendo la radio. Lo que hace diferente a la época actual es la revolución móvil.
La revolución del móvil ha permitido que se multipliquen los canales estimulantes – mensajería instantánea, redes sociales, e-mail, web, microblogin, radio, televisión,… - y que los estímulos acompañen al ser humano a prácticamente a cualquier sitio: el coche, una carrera pedestre, la cama, ¡el baño!,…
Parte del ADN de la revolución móvil, es la agitación, un e-mail se lee en un viaje de ascensor, un mensaje de WhatsApp se contesta mientras se espera el verde en un semáforo, una noticia se lee mientras se camina,… esta agitación desencadena el inmediatismo – uno de los cuatro ismos del siglo XXI (2), que es la anulación de la reflexión profunda y pausada en el proceso de interiorización de conceptos - y, lo que es más grave aún, en la emisión de respuestas. Quién no ha cometido un error al responder un e-mail simplemente por no haberlo leído con la atención debida.
Ante el diluvio de estímulos sometidos al inmediatismo se necesitan contenidos de fácil procesamiento pues la capacidad de atención/concentración de las personas viene cayendo en picado – no he podido dilucidar si el inmediatismo socaba la capacidad de atención/concentración o es lo contrario, en todo caso son dos manifestaciones que se complementan perfectamente. Los adultos reclamamos la falta de concentración en nuestros hijos, pero nosotros también sufrimos el problema. Hay millones de personas que pueden pasarse horas revisando Facebook o saltando de un vídeo a otro en YouTube – vídeos siempre cortos – pero que no pueden leer más de tres páginas o soportar una conferencia de 30 minutos. Un estudio realizado en Canadá en 2015 demostró que el lapso de atención promedio del ser humano se ha reducido 4 segundos al cambiar de siglo (3)
Así llegamos a un hombre en permanente huida, buscando constantemente estímulos, lo que desemboca en una sociedad híper estimulada que demanda insaciablemente WOW’s para las vidas de sus miembros y, como sabemos, la demanda generará oferta, lo que nos da pie a hablar del segundo fenómeno, la amplitud divulgativa.
En la industria televisiva, los avances tecnológicos y los cambios en las costumbres de la sociedad – ahora hay televidentes a la medianoche y en las madrugadas – permiten y exigen que se amplíe la parrilla catódica, ahora hay más canales y más horas de programación por rellenar. Un claro ejemplo es el canal Gran Hermano VIP 24 Horas, que graba y emite sin interrupción lo que sucede en la famosa casa – aún si no sucede nada.
En la vera de la web, la revolución que han significado las tecnologías de la información con su miembro más destacado – aunque no único – Internet, ha permitido que aparezca una nueva forma de comunicación, dentro de la topología que describía Antonio Brey (4), muchos a muchos, de un momento a otro, millones de personas tienen la capacidad de producir contenido, de ser escuchados, a su vez, por millones de personas. Blogger, youtubers, publicadores de Facebook, twitteros,… aparecen por doquier.
Entonces tenemos:
-          Una demanda exigente en cantidad, pero poco exigente en calidad (millones de seres humanos sedientos por estímulos de digestión inmediata).
-          Una oferta con problemas de producción (una multiplicación del espacio televisivo por cubrir) y con una caída a mínimos de las barreras de entrada de nuevos actores (millones de personas con la capacidad de producir contenidos de divulgación casi ilimitada).
Ambos factores, sin duda, producen masificación – en el sentido de convertirse en masa - tanto de la demanda como de la oferta.  Uno de los rasgos esenciales de la masa es la ignorancia y por otro lado su capacidad para generar un rendimiento (calidad) decreciente, si a una masa de gente enfrentamos un número igual de intelectuales, la calidad de la conversación descenderá al del nivel de la masa.
La masificación, en consecuencia, produce una caída dramática de los niveles de calidad en los contenidos, estos ahora deben cumplir dos premisas: a) ser de fácil consumo por la demanda-masa, y b) producirse aceleradamente por la oferta-masa. No se puede soslayar que la demanda-masa es agradecida, premia a la oferta-masa que más la divierte con el nuevo tótem del éxito: el rating. Junto a las típicas mediciones de audiencia ahora están la cantidad de retweets, visualizaciones, comentarios,… y así se encumbran los nuevos referentes de la producción de la Cultura del Cropoespectáculo.
Caso icónico el del joven llamado El Rubius, reconocido youtuber que en cuanto puede refuerza su posición comentando los 16 millones de seguidores que tiene en la plataforma de vídeos (sí, ¡16.000.000! esto es más que la suma de las poblaciones de Irlanda, Noruega y Dinamarca) y los 3.000 millones de clics en sus vídeos (sí, ¡3.000.000.000! una medida de referencia, en el mundo hay 7.000.000.000 de personas). El Rubius escribe: «seguro que en el reflejo del ojo de Wilson se ve mi poronga [pene] pixelada y alguien saca captura» y tiene 9.300 retweets. Coloca «hijo de una almohada» y hay 11.000 personas que reenvían la sentencia. Teclea «madre mía» y 8.100 followers comparten la frase. Los ejemplos anteriores ya desvelan la bajísima calidad de los contenidos de El Rubius, pues no son ni más ni menos, que bobadas más cercanas al gamberrismo que al humor.
Este sistema se retroalimenta a sí mismo y empieza a producir dinero, el cual resulta demasiada tentación para productores de contenido profesionales y con larga tradición de calidad, que por efecto del rendimiento decreciente se convierten en oferta-masa para la demanda-masa. Un claro ejemplo es El Comercio de Lima, un diario centenario y crucial en la historia del Perú que en su nuevo giro editorial da espacio – o llena el espacio – con una noticia tan frívola como “Fue a un hotel y los pasillos eran iguales a su camiseta” (5) el decano de la prensa peruana decidió que era de interés una noticia de este calado, un claro indicador del nivel de calidad es que la foto ocupaba tanto espacio físico como el texto de la noticia.
El proceso de retroalimentación continua cuando a través de las nuevas formas de participación la demanda-masa empiezan a tener el poder de decisión, elección y gratificación sobre los contenidos de la oferta-masa, y de hecho lo usa produciendo situaciones como la siguiente:
El año 2002 un canal de televisión británico pidió a los telespectadores que votaran por los cien personajes británicos más importantes de todos los tiempos (6), en tercera posición se ubicó la princesa Diana de Gales, por encima de Charles Darwin, William Shakespeare e Isaac Newton. Teniendo Lady Di como único hecho relevante en su biografía el haber sido esposa de Carlos de Gales heredero de la corona británica (7), esta es una manifestación pública de ignorancia - de un pueblo tradicionalmente culto - no sin razón algunas persona podrán tildar de antidemocrático mi comentario, a lo cual respondo con una cita de Antonio Brey (4) en este caso referida a la política actual, pero totalmente extrapolable al asunto que nos ocupa: «el acceso a máximas responsabilidades públicas por parte de personas de ignorancia evidente se considera una muestra positiva de las virtudes del sistema democrático», Brey ahonda en el meollo del asunto «de forma progresiva la ignorancia ha ido perdiendo sus connotaciones negativas… Ser ignorante no es incompatible… con tener dinero o glamour…»
Entonces el círculo vicioso se ha consumado. La oferta-masa representada por los tertulianos de Reality Shows – normalmente ex concursantes de bodrios televisivos, ex parejas de…, peluqueros de,… - los youtubers -normalmente personas de inteligencia media, sin estudios,… - y los socialites – normalmente personas con cuerpos exuberantes, hijos de millonarios,… - colonizan el espectro mediático e implanta la Cultura del Cropoespectáculo que es premiada con audiencia por la demanda-masa que busca, y encuentra, la miríada de estímulos de baja calidad y fácil digestión que los mantendrá lo suficientemente distraídos como para no cometer el error de ver su interior.
Pero el círculo vicioso se rompe. Otros sectores del mundo de la producción de contenidos ven que el rating – y el dinero que trae consigo – se aleja de sus formatos usuales y deciden impedirlo, bajando el nivel de calidad de su trabajo – lo cual abona a la tesis del rendimiento decreciente – para convertirse en oferta-masa. Un claro ejemplo de esto son los programas de análisis político que pasan a convertirse en Reality Shows sólo que con otra temática, la altisonancia grosera, el vandalismo dialéctico y la oposición irreductible a reconocer los argumentos de los otros hacen caer el nivel del debate a cotas de verdadera ignorancia. Como decía el círculo vicioso se rompe para convertirse en la espiral descendente de la Cultura del Cropoespectáculo.

«Hay una necesidad mundial de que la gente esté menos informada, que sea menos lúcida. El capitalismo con hipercríticos no funciona, con críticos funciona a medias; el capitalismo necesita anuencia, necesita resignación y necesita mucha distracción»
César Hildebrandt.


(1) Excelentemente explicada por Marco Aurelio Denegri en https://www.youtube.com/watch?v=ZYjCIazhKbk (ver a partir de 4:40min.), aunque deben perdonar su digresión lingüística.
(2) Marco Aurelio Denegri en https://www.youtube.com/watch?v=XMyCFQLwpkg (ver a partir de 18:05min.)
(4) “La Sociedad de la Ignorancia” ensayo de Antonio Brey.
(7) Aún sigue sorprendiéndome la asimétrica cobertura que dieron los medios a la muerte de Lady Di con respecto a la muerte de la Madre Teresa de Calcuta acaecida cinco días más tarde.

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