Resumen de la Mente de los Justos de Jonathan Haidt
La política y la religión son expresiones de nuestra
psicología moral subyacente, que se expresa en una escala de valores (priorización,
por importancia, de los valores).
Como dice Hume la moralidad – y su expresión en juicios morales – no es abstracta, así como no es abstracto el sabor de un pastelillo, sino que es totalmente relativa a los receptores gustativos morales de las personas, o sea su escala de valores.
La psicología moral es la clave para comprender la
política, la religión y nuestro espectacular ascenso hasta el dominio
planetario.
La psicología moral tiene 3 principios (1)
1.- La
moralidad es mucho más que justo e injusto.
La moralidad es como una lengua con seis receptores
del gusto.
Estos seis receptores son los módulos morales – o simplemente
los valores – que fueron descritos en la Teoría de los Fundamentos Morales,
y son:
Cuidado / Daño, preferencia por proteger al vulnerable.
Libertad / Opresión, cuidado de la capacidad de decisión individual.
Equidad / Engaño, proporcionalidad de la recompensa.
Lealtad / Traición, preferencia por mantener las promesas/coaliciones.
Autoridad / Subversión, opción por las jerarquías establecidas.
Santidad / Degradación, respeto a lo divino, asco por lo no divino.
Cada persona prioriza estos seis módulos morales según
su propia historia personal – incluye su genética – y crea su propia escala de
valores (matriz moral).
Una persona que desvía a un policía para dejar
escapar un ladronzuelo que robó un pan para alimentar a su hijo, prioriza el Cuidado
de los más débiles, por encima de la Autoridad.
Sin embargo, otra persona apoyaría al policía – aun
sabiendo el destino del pan robado – porque todo ciudadano debe apoyar a la policía (priorización de la Autoridad por sobre el Cuidado).
“Cuídate de
cualquiera que insista en que existe una verdadera moralidad para todas las
personas, tiempos y lugares…”
En cuanto más parecidas son las escalas de valores de
dos personas hay más probabilidad que haya afinidad religiosa, política e
incluso de estabilidad conyugal (esto no habla de sentimientos, habla de
estabilidad de la pareja).
2.- La
intuición viene primero, el razonamiento estratégico después.
Ante una disyuntiva moral quien toma partido – realiza
el juicio moral - casi inmediatamente es nuestra intuición (el elefante), luego
nuestro raciocinio (el jinete) buscará argumentos post hoc - algunas veces ilógicos - para darle coherencia a nuestra
posición (David Hume, el intuicionismo).
La intuición recurre a nuestra escala de valores para
emitir el juicio moral.
Como dice Hume la moralidad – y su expresión en juicios morales – no es abstracta, así como no es abstracto el sabor de un pastelillo, sino que es totalmente relativa a los receptores gustativos morales de las personas, o sea su escala de valores.
Así como en el pastelillo una persona percibe dulce, salado,…
con mayor o menor intensidad, también en una situación a juzgar moralmente la
misma persona percibe Cuidado, Libertad,… con mayor o menos intensidad, según
su escala de valores.
Dos personas pueden percibir el dulce, pero no necesariamente
con la misma intensidad. Lo mismo puede pasar con el Cuidado.
3.- La moralidad
une y ciega.
Somos producto de la selección multinivel, por un lado,
la selección individual - sobreviven los ejemplares más aptos dentro del grupo –
y por otro lado la selección grupal – sobreviven los grupos más aptos, aun
teniendo individuos poco aptos - dentro de un ecosistema.
Así llegamos al Homo Dúplex (Emile Durkheim), por lo
cual somos un 90% chimpancé – individualistas - y un 10% abeja – jugadores de
equipo.
Homo Sapiens conquista el mundo porque fue el mejor a
nivel de selección grupal y eso se debió a que hubo individuos que colaboraron a
gran escala sin necesidad del “pegamento” del parentesco. Éste fue reemplazado
por lo sagrado, primero, la patria, después, y “lo civilizado” al final (los
tres aspectos se concretan en una escala de valores).
Fue un proceso de autodomesticación (Christopher Boehm)
por el cual los humanos primitivos comenzaron a seleccionar amigos y compañeros
en función de su capacidad para vivir dentro de la matriz moral – escala de
valores - de la tribu (2).
Los grupos basados en la religión o los nacionalismos
se desempeñaron aún mejor pues sacralizaron la escala de valores. Tuvieron individuos dispuestos a sacrificar hasta su vida por su Dios o la patria
(terroristas suicidas y héroes nacionales respectivamente).
Las personas buscan sentirse parte de los grupos con
los que interactúa frecuentemente: familia, compañeros de trabajo, salón de
clases,… y la mejor forma de ser aceptado por el grupo es adaptarse a su escala
de valores, lo que ofrece reconocimiento y reputación - dentro del grupo - al
individuo en una suerte de mimetización moral.
¿POR QUÉ
DISCUTEN LAS PERSONAS?
“Los temas más
difíciles pueden explicarse al hombre más torpe si no se ha formado ya una idea
de ellos; pero la cosa más sencilla no puede aclararse al hombre más
inteligente si está firmemente persuadido de que ya sabe…”. Leon Tolstoi.
Las personas discuten porque tienen diferentes escalas de valores y por
ello no “saborean” las situaciones de la misma manera.
Ese “saboreo” dispara
un juicio inconsciente, intuitivo (del elefante) que se será defendido con
argumentos post-hoc por el razonamiento (el jinete). El jinete no busca la
verdad, busca darle coherencia al juicio inicial.
¿CÓMO HACER
QUE UNA PERSONA CAMBIE DE OPINIÓN?
“Las personas
son abrazadas o condenadas de acuerdo con sus creencias, así que una función de
la mente puede ser la de mantener creencias que traigan al poseedor de la
creencia el mayor número de aliados, protectores o discípulos, en lugar de
creencias que es más probable que sean verdaderas”. Stiven Pinker
“Recuerda
siempre que argumentar y ganar es romper la realidad de la persona contra la
que estás argumentando. Es doloroso perder tu realidad, así que sé amable,
incluso si tienes razón”. Haruki Murakami
“… el
razonamiento no es la fuente, de la que cualquiera de los contendientes
derivará sus principios, es en vano esperar que cualquier lógica que no apele a
los afectos alguna vez lo invite a abrazar principios más sólidos”. David Hume
Si deseas cambiar la opinión de alguien sobre un
problema moral o político, lo primero que debes hacer es tomar contacto con el
elefante. [Dale
Carnegie]
comenzar de manera amistosa, sonreír, ser buen oyente, no decir “estás equivocado”.
Luego piensa en los seis fundamentos morales y trata
de averiguar cuál o cuáles tienen más peso y genera sensaciones positivas en
relación a estos fundamentos
En paralelo hazte amigo de la persona, intégralo en tu
tribu, tráelo a tu círculo. Ahora, pueden cambiar sus creencias sin [que él
sienta] el riesgo de ser abandonados socialmente, hay que darle una
salida digna para su estatus y reputación.
SOBRE LA
POSICIONES POLÍTICAS.
La matriz moral – escala da valores – de las personas
de izquierda y derecha del espectro político difieren.
Las personas de izquierda priorizan el Cuidado, tiene
en un segundo escalón la Libertad, en un tercero la Equidad, luego vienen en el
mismo nivel Lealtad, Autoridad y Santidad.
En cambio, las personas de derechas tienen los seis
módulos equilibrados, con cierto sesgo hacia la Autoridad y Santidad.
(1) “La moralidad es
mucho más que justo e injusto“ es el segundo principio de la Psicología
Moral y “La intuición viene primero, el
razonamiento estratégico después” es el primero. Para darle sentido lógico
a este resumen se ha invertido su orden de presentación.
(2) Según Darwin: a) los solitarios eran más propensos a ser atacados;
b) los que ayudaban a otros tenían más probabilidad de ser ayudados; c) los
mejores jugadores de equipo eran más reputados y la reputación les conseguía
más fácilmente pareja; y d) asumir los deberes como un principio sagrado
eliminó cualquier discusión.
Nota: En los acápites ¿Por qué discuten las personas?
y ¿Cómo hacer que una persona cambie de
opinión? He complementado las ideas de Haidt con el excelente artículo de
James Clear “Por qué los hechos no nos hacen cambiar de opinión” https://bit.ly/2XqMVFw
El presente es
un ultra resumen del libro que consta de 285 páginas, una reseña algo más extensa la puedes solicitar en sandro.denegri@gmail.com
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