#Animalia: El frío desierto
EL FRIO DESIERTO
Estaban reunidos los camellos en
su congreso anual de temperaturas, ya habían llegado a la conclusión final, y
más importante, como siempre: la siguiente semana, la más calurosa del verano,
no iban a trabajar.
De pronto tomó la palabra
Benjamín el nuevo fichaje de la manada, él venía de haber estudiado en el
extranjero, era la sangre nueva que se necesitaba.
—Perdonen, pero debo llamar su
atención. Por seguir la tradición estamos obviando un principio fundamental de la
ciencia, la Campana de Gauss, según ella, toda curva se ajusta a una
distribución normal en la cual una parte se sale de la media por exceso y otra
por defecto, llevado esto a nuestro mapa de temperaturas podemos deducir que la
próxima habrá días en los que podremos trabajar.
Benjamín se dio cuenta que el
resto de los miembros de la manada no entendían su planteamiento, tenía que
descender a su nivel:
—Miren, la próxima semana
tendremos una temperatura promedio ¿no?
La manada asintió.
—Y tendremos unos días en los que
hará muchísimo calor, por encima de la media ¿no?
La manada asintió nuevamente.
—Entonces, para que la media sea
la que es, deberán haber días más fríos que contrarresten a los de muchísimo
calor, de lo contrario la media no estaría bien, pero sabemos que está bien
¿no?
La manada dudó unos instantes,
pero aun así asintió. Teobaldo, el casi anciano dromedario, que había llevado
la tabla de temperaturas todos estos años, comentó tímidamente:
—En todos estos años que llevo
anotando las temperaturas no he visto nunca que haga frío en la semana más
calurosa del año.
—Teobaldo es que usas técnicas
muy antiguas, no te has modernizado, yo en cambio he estudiado en la Barvard
University, tengo un diplomado en Trambridge University y una maestría en
Pombon Business School.
Se escuchó un admirado ‘oooooohhhh’ en la sala.
—No se diga más, queda aprobado
que trabajaremos la próxima semana, la más calurosa del año —sentenció Aníbal
el camello presidente del congreso.
Todo el mundo quedó contento,
había sido un acierto enviar al extranjero a Benjamín, él era la sangre nueva,
moderna, profesional que necesitaba la manada para asegurar su futuro. Debían pensar ya en la jubilación de
Teobaldo.
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