#Animalia. Las hormigas después de la cigarra



LAS HORMIGAS DESPUÉS DE LA CIGARRA


Dos semanas antes del invierno.

Cándida, la hormiga jefa de almacenes, entró directamente en el despacho de Juan el director general, el número dos del hormiguero, estaba tan preocupada que no esperó la venia de la secretaria. Cándida estaba tres escalones por debajo en la jerarquía, pero siendo su rol, de custodia de los alimentos tan importante, tenía línea directa con Juan.

—Don Juan, estoy un poco preocupada porque estamos consumiendo tanto alimento como recolectamos, si seguimos así, no tendremos reservas para el invierno. Esta tarde hay comité, puedo aprovechar para contarlo.

—Déjame ver los números —Juan juntó sus cejas pobladas para revisar los números, realmente no lo necesitaba, él ya imaginaba el problema desde hace tiempo.

Levantó la vista para mirar a Cándida.

—Tienes razón, pero no debemos alarmar a la reina ni al resto del comité, todavía tenemos las reservas de emergencia, lo que tienes que hacer es incrementar la previsión de recolección de las próximas semanas, y saldrá que tendremos alimento para el invierno, eso sí, en el comité propondré acciones radicales para incrementar la recolección. No te preocupes, aún faltan dos semanas para que comience el invierno.

Una semana antes del invierno.

Cándida abrió abruptamente la puerta del despacho de Juan, y entró, estaba visiblemente agitada.

—Don Juan, perdone por la molestia; pero tengo que molestarlo otra vez con lo mismo. Tenemos problemas con los alimentos para el invierno, ahora recolectamos menos de lo que consumimos, estamos usando las reservas de emergencia, mire los números.

—Cándida —el director general no quiso ver los números —parece que las acciones de emergencia no han funcionado.

La verdad es que Juan planteó el tema en el anterior comité, y fue un ejercicio de buenas intenciones, que nadie ejecutó.

—No te preocupes mucho, aún tenemos las reservas de ultra emergencia, mas bien de cara al comité de esta tarde ajusta la previsión de recolección para que tengamos reservas en el invierno, mira que darle malas noticias a la reina ahora no está bien visto. Dime cuanto se necesita recolectar y yo me pondré con ello, esta vez estaré muy serio, ya verás. No te preocupes tanto aún falta una semana para el invierno.

La semana en la que se iniciaba el invierno.

Cándida se sentía traspasada por las miradas de la reina, y de los demás miembros del comité, mientras hacía su exposición.

—… y dado que no se han cumplido las previsiones de recolección, y habiendo consumido las reservas de emergencia y las de ultra emergencia —habló la hormiguita con voz temblorosa —no tendremos alimento para el invierno.

—¡Qué dices! ¡qué dices! ¡¿cómo que no tendremos alimentos para el invierno?!  ¡¿estás diciendo que este hormiguero está condenado a la muerte por inanición?! ¡llevamos años, siglos, milenios siguiendo una tradición de trabajo y esfuerzo para ahorrar para el mañana, para planificar nuestro futuro, y ahora todo ha sido tirado por la borda! ¡Dios mío! ¡qué será de nosotros! ¡de nuestros hijos! Esto es el final, es inevitable, nadie podía preverlo, la suerte del hormiguero está echada —Juan se sentó y puso la cabeza entre las manos.

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