Unas más de Facundo Cabral

Mi hermano fue comunista hasta que el capitalismo le dio una oportunidad. Y es comprensible: el joven que no es socialista no tiene futuro y el adulto que no es conservador es que no tiene cabeza. Mi hermano decía que el dinero no hace la felicidad, pero la pobreza menos, así que decidió pasar esta desdicha que es la vida, con comodidad.

La maestra de mi pueblo se llamaba Dorotea. Era muy respetada por todos. ¡ Por eso se marchó del pueblo, para ver si tenía más suerte!.
Mi pueblo tenía una sola calle. Un día, un alcalde progresista, dijo que la calle sería de dirección única. Así que los que nos fuimos, nunca pudimos volver sin cometer una infracción.
Usted bebe mucho, le dijo el médico a mi abuelo que tenía el mal de parkinson. Y mi abuelo le dijo: no crea se me cae bastante.

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