#Animalia: Ramón el rápido

Ramón era una estrella precoz de aquella parte del río, nunca antes ningún pez había nadado con la velocidad de Ramón, había batido todos los récords posibles. El gran día llegó cuando los jueces certificaron que podía nadar dos veces más rápido que los cocodrilos, fue en ese momento que tomó la decisión que, sin duda, lo iba a catapultar al estrellato, que lo iba a inscribir en los anales de esa parte del río: Ramón iba a atravesar la zona de los cocodrilos, no le importaba que todos los que lo habían intentado antes habían acabado entre los dientes de los saurios, él era diferente. Se preparó a conciencia, y una y otra vez batía la marca necesaria para salir con vida en su intento.

Había llegado el día y nadaba directamente hasta la zona de los cocodrilos.

«Rapidez, rapidez, rapidez,…» se decía mientras avanzaba a media máquina hacia su meta.

Pronto pudo divisar los lomos de los cocodrilos sobre los bancos de arena de la orilla.

«Rapidez, rapidez, rapidez,…» seguía repitiendo a la par que regulaba su velocidad.

Los cocodrilos también lo vieron y empezaron a entrar al agua buscando su presa.

«Rapidez, rapidez, rapidez,…» Ramón debía controlarse para no iniciar la carrera antes de tiempo.

Ya había un buen número de cocodrilos en el agua cuando Ramón llegó al punto indicado.

«¡Yaaaaaa!» se dijo y salió disparado moviendo sus aletas a la máxima velocidad.

Pudo ver como los cocodrilos intentaban seguirle el paso, pero pronto abandonaron la carrera y volvieron a la orilla del río, ¡era imposible alcanzarlo!, se perdieron entre los matorrales de la izquierda.

—¡Yujuuuuuuu! —gritó Ramón.

¡Lo había logrado!, ¡lo había logrado!, superó la zona de los cocodrilos, esos viejos troncos ni siquiera se le habían acercado. Ahora sólo tocaba seguir un poco más el río que giraba a la izquierda y nuevamente a la izquierda.

—¡Agggg! —gritó desgarradoramente Ramón cuando sintió unos dientes en su cola.

De pronto estaba rodeado de los cocodrilos, se habían metido en los matorrales sólo para esperarlo en el siguiente meandro del río.