Del "Ejecutivo Burbuja" al "Ejecutivo Percebe"
Una de las características básicas de las burbujas es
que producen un gran crecimiento en un período corto de tiempo. Este crecimiento repentino genera problemas
de abastecimiento, no hay suficientes materias primas, insumos, capacidad
instalada, etc.
Entonces, también empiezan a escasear
los ejecutivos capaces, lo que provoca que las empresas usen como cantera los
niveles inferiores de la organización, provocando ascensos vertiginosos de las personas que mejor lo hacen en ese
nivel, dentro de esa masa de nuevos ejecutivos aparece un grupo especial: los "Ejecutivos Burbuja", este
colectivo se caracteriza por un rendimiento mediocre o deficiente (en una
versión hormonada y masiva del Principio de Peter: «En una jerarquía, todo empleado asciende hasta su nivel de
incompetencia»), pero la burbuja ejerce un efecto pantalla, pues los
negocios siguen creciendo, en ese momento los "Ejecutivos Burbuja", a
pesar de su performance mediocre, asumen como suyos los éxitos que la burbuja
genera por su propia inercia.
Y un buen día la burbuja estalla, ahora se necesita talento para conducir las empresas, las falencias del "Ejecutivo Burbuja" se notan claramente, él se encuentra en la siguiente posición:
Y un buen día la burbuja estalla, ahora se necesita talento para conducir las empresas, las falencias del "Ejecutivo Burbuja" se notan claramente, él se encuentra en la siguiente posición:
1.- Goza de un status que jamás imaginó tener.
2.- Tiene unos ingresos (sueldo, bonus, dietas,…) que jamás imaginó tener.
2.- Tiene unos ingresos (sueldo, bonus, dietas,…) que jamás imaginó tener.
3.- (2) le permite tener un tren de vida muy superior
al que jamás imaginó.
4.- Sabe que si pierde su trabajo no volverá a tener
(1); y (2) se verá seriamente comprometido, lo cual traerá por tierra a (3).
Esto le produce, fundamentalmente, mucho miedo. Es el momento en el cual
el "Ejecutivo Burbuja" estalla y se recompone en la figura del
"Ejecutivo Percebe"(*). En ese instante su objetivo único y vital es: no perder su trabajo, sin importar lo
que haya hacer, dado que no tiene medios intelectuales, elegirá la única vía
que puede: obedecer ciegamente lo que le
digan y mantener contentos a sus jefes. Esa será su nueva forma de vivir
aunque ello implique triturar personas, echar a perder la empresa, saltar la
ley,... Todo vale con tal de salvar su silla.
Esta actitud canina del “Ejecutivo Percebe” lo
convierte en un elemento "comprometido con la empresa". La dirección que
no es ciega, lo entiende así: «tal vez
sea un mediocre, pero es nuestro mediocre»(**).
Por resumir, el "Ejecutivo Percebe" se
aferrará a la empresa usando como estrategia la obediencia ciega y el
servilismo organizacional. Al final, por gregarismo puro, los "Ejecutivos
Percebes" empiezan a agruparse en una nueva casta dentro de las
organizaciones: “la Fellatiocracia"
(*) El percebe (Pollicipes pollicipes) es un crustáceo cirrípedo de la familia Scalpellidae que crece sobre rocas batidas por el oleaje. Se alimenta por filtración, ya que, debido a su carencia de extremidades, permanecen inmóviles adheridos a las rocas toda su vida adulta. http://es.wikipedia.org/wiki/
(**) Adaptación de la frase de Franklin D. Roosevelt sobre
Anastasio Somoza, dictador nicaragüense: «Tal
vez Somoza sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta». Algunas
fuentes atribuyen la frase a Henry Kissinger sobre Augusto Pinochet. Probablemente
ambas versiones sean ciertas
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